No es novedad que Juliana Scaglione, mejor conocida como "Furia", es la estrella y la probable ganadora de esta edición de Gran Hermano. Su fandom se caracteriza por una fidelidad inquebrantable hacia la profesora de educación física, ya que logran lo imposible con tal de conseguir que esta gane el reality show.
Esta relación parasocial ha conseguido vencer todas las encuestas del productor Federico Bongiorno, quien luego de cada gala de eliminación, junta datos populares sobre la opinión pública acerca de cada participante. Luego de ganarle el mano a mano a Catalina Gorostidi, cruce considerado por muchos como una “final anticipada”, sorprendió que la imagen positiva de Furia era mucho menor que la de su contrincante.
Furia por Scaglione: pasión desmedida
Esto quiere decir que sus fanáticos están dispuestos a dejarlo todo por Scaglione. No son tantas personas, pero sí gastan un dineral en mantenerla en esa casa. Las unificaciones de fans (cuentas que se encargan de recaudar el dinero de gente del exterior que quiere votar) han llegado a recolectar hasta dos millones de pesos para la causa. Eso no fue todo para los “furiosos”, cuando la tribuna del reality no daba abasto, organizaron una “marcha furiosa” para reclamar su derecho a presenciar el programa; van todos los días a gritar a la casa, entre otros comportamientos. Todo para hacerle saber a Juliana Scaglione el apoyo incondicional.
El streamer y comediante Martín Cirio hizo un análisis para justificar el fanatismo desmedido por la participante, y compara la situación en la casa de Gran Hermano con lo que suele suceder en las películas: “Si todos están en contra del protagonista, vos te vas a poner del lado del lobo solitario, no del lado de la mayoría”.
El fenómeno de Furia también puede justificarse con la situación del país. Javier Milei llegó al poder presidencial representando el enojo de la gente ante tantas injusticias y crisis económicas, y Scaglione encarna lo mismo. Se caracteriza por sus gritos desaforados, peleas y frontalidad a la hora de decir lo que le molesta. Podría decirse, entonces, que probablemente sea ese uno de los motivos que justifican su fandom tan resistente.